Quijote impreso por Ibarra en 1780.

Esta edición patrocinada y corregida por la Academia, con la aprobación del Rey, nacía con el propósito de enmendar errores de anteriores ediciones y conseguir un texto lo más fiel posible al original. Para conseguir este propósito se cuidaron al máximo todos los detalles, sin escatimar esfuerzos, ni reparar en gastos.

Para realizar esta edición, primera  y segunda parte, se tomaron como modelo las primeras ediciones de Juan de la Cuesta (1605, 1608 y 1615) y la Pedro Patricio Mey (1616).